A veces cerrar la puerta está bien.
Es algo justo.
Cuando todas esas ideas estúpidas y desconsideradas corroen mi cabeza.Como termitas que se comen un cuadro a toda velocidad.Mi pecera cerebral se colapsa y todo se vuelve gris en el agua azul.Entonces los peces ya no nadan,ahora flotan.Y lloriqueo y tengo que sacarlos uno a uno,decir unas dulces palabras de adiós y recuperar el estado normal de mi vida sin ellos.Buscar otros peces.Otras ideas.Otros sentimientos.Todas mis metáforas se basan en el "nadar".
Vamos a buscar peces tropicales de colores en un mar diferente.Pero esta vez con tranquilidad.Antes de guardarlos en la pecera los examinaremos mi corazón y yo,y decidiremos si pueden estar en mi cóncavo cerebro de peliazulada dieciochoañera.Y sí es así,serán bienvenidos.Si no,pues los dejaremos marchar con un sutil consejo.
A veces,cerrar la puerta está bien.
Sobretodo cuando no quieres malos sentimientos dentro.
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